La distribución de la belleza

El siguiente ensayo se propone desarrollar los puntos más salientes del tema en cuestión. Derribar mitos y confirmar realidades de un tema que todavía no está del todo sincerado.
La distribución de la belleza es uno de los temas que mayores discusiones ha suscitado entre los grandes pensadores del siglo pasado, continuando la controversia con entera vigencia en el presente y recién nacido siglo XXI.
En primer lugar, definiremos qué es la belleza y qué tipo de bellezas existen para así lograr un entendimiento uniforme de la materia.
La belleza alcanzada únicamente con la percepción de cualquiera de los sentidos, no es otra cosa que el sentimiento de boquiabiertez que producen las cosas en cada uno de nosotros. Dos tipos de belleza importan al ensayo propuesto, la belleza material (física) y la belleza inmaterial (espiritual). Evidentemente la belleza material hace referencia al porcentaje bello o no que puede poseer un objeto en sus partes extrínsecas y foráneas y, por el contrario, la belleza espiritual es aquella que va por dentro, la famosa “belleza interior”.


La belleza material

Como bien se dijo anteriormente, esta clase de belleza repara en las condiciones externas del objeto en cuestión. Si damos cuenta de un análisis histórico del concepto, veremos cómo el mismo fue mutando a lo largo de los años hasta llegar a lo que hoy en día entendemos como bello. Lo cierto es que mucho se dice sobre este concepto de belleza, incluso algunos llegan a restarle total importancia a la hora del amor. Veamos sin es tan así. Antoine Saint-Exupéry escribió alguna vez que “lo esencial es invisible a los ojos” y sin saberlo dio a cientos, miles y más que miles de charlatanes la posibilidad de embaucarnos incansablemente. Es claro, nadie quiere admitir que uno se enamora sólo si existe belleza física del otro lado. Pareciera como si dejarse llevar por lo físicamente bello, en algún punto, estaría mal. No entiendo este razonamiento, Platón hace muchos años atrás en uno de sus tantos diálogos sentenció (palabras más, palabras menos) que el amor comienza siempre por la visualización de un objeto bello. Lamentablemente, este filósofo griego supo antes que todos, que nadie aceptará ir a comer a una pizzería si no le gustás previamente. La hipocresía políticamente correcta de decir que “eso no nos importa” debe terminar si queremos realmente solucionar el grave problema de la mala distribución de la belleza.


La belleza inmaterial

Aquella a la que se refería el autor de El Principito, elevada por algunos al cielo de la importancia a la hora del amor y colocada por otros en el lugar que se merece realmente. Es cierto lo esencial es invisible a los ojos, la frase es bárbara, profunda, completamente popular y con destino a ser lanzada en cualquier boliche a toda mujer u hombre a partir de las 6 de la mañana pero malinterpretada por la mayoría de los lectores del libro y de los receptores nocturnos. Al leer o escuchar que lo esencial es invisible a los ojos rápidamente razonamos, en primer lugar, que si no lo puedo ver (ya que es invisible a mis ojos) no se refiere a la belleza material o física, sino que está hablando de la belleza inmaterial o espiritual. En segundo lugar al expresar que es esencial, asumimos que por esencial se refiere a “importante” o “sustancial”, entonces la ecuación quedaría así formulada “belleza inmaterial o espiritual = importante”. Es simplemente un error en la interpretación debido a la ambigüedad propia del idioma. En verdad, lo que Antonito Saint-Exupéry quiso significar (y esto confesado por él mismo en una ronda de copas el día del cumpleaños de su mejor amigo) no fue que la belleza interior sea más importante que la física, sino que tomó otra de las acepciones de la palabra “esencial”, a saber, “perteneciente o relativo a la esencia” y lo que hizo fue aclarar lo que estaba a la vista (o no tanto). Lo relativo a la esencia (el alma) es invisible a los ojos. Enhorabuena! El alma no la vemos pero está, la belleza interior no posee los mismos parámetros que la física, una se visualiza y la otra no pero la carencia de materialidad no la hace por sí más importante que la otra, el sentido poético de esta ceguera para almas la hace más romántica pero NO (y en esto quiero ser inflexible) con mayor preponderancia por sobre la belleza material.


El problema de la subjetividad

Harto estoy de escuchar frases al estilo de: “ahhh…noooo, eso es muy subjetivo!”, “queda en cada uno” y similares, todas muy ocurrentes en donde se exagera un estado de libertad que igualmente se detenta o se intenta al menos poseer. Para poner fin a esta controversia y fijar el parámetro con que van a ser tomados todos los conceptos esgrimidos en el ensayo, diré que si bien la subjetividad existe y con ella los gustos y las apetencias personales, esta no sólo afecta a la belleza material sino a la inmaterial también. A algunos pueden gustarle cualidades personales que a otros no y jamás podríamos describir exhaustivamente todas y cada una de las cosas que podrían movilizar el sentimiento de boquabiertez. Lo cierto es que también existen en la belleza parámetros objetivos y esto no hay que negarlo. La discusión de quién los impone es otro cantar, si el mercado, si la globalización, si la cultura, yo, vos, nosotros, somos parte de todo eso, del mercado, de la globalización, de la cultura, por tanto también estamos marcando qué es bello y qué no. Siempre pensé que cada uno de nosotros lleva consigo, en su interior, una lista de personas que van a gustarle. No somos conscientes de esto, no poseemos la información de los inscriptos pero cuando esa persona aparece es allí cuando los sentidos sin saberlo avisan al alma (portadora de la lista) y esta al corazón y al cerebro. Siempre sostuve esta teoría de manera muy precaria hasta que una vez leí a un muchacho que algo sabía y la terminé de confirmar. Platón, en diálogo con su maestro Sócrates, nos enseña que todo lo que aprendemos es recuerdo y es necesario pensar que, en un tiempo anterior hemos aprendido todo lo que ahora recordamos. Esto sería imposible si nuestra alma no hubiera estado en alguna parte antes de tomar forma humana. De aquí se deduce fácilmente la afirmación de la inmortalidad del alma. Además, tenemos nociones previas (“como la de igual a”, los dejá vù en otras palabras) que no tenemos de la experiencia (en la cual jamás hay dos cosas exactamente iguales) sino que las recordamos de antes de haber nacido, cuando nuestra alma conoció lo igual en sí, lo bueno en sí, lo bello en sí, etc. Luego nuestra alma es preexistente. Esta teoría de la reminiscencia está ligada a la idea de una especie de olvido. Sócrates explica que el amor es una forma de locura, de delirio divino, lo mismo que la adivinación, la iniciación órfica y la poesía. El amante está como un loco. Esta locura deriva del cielo, es una inspiración divina. Es una gran bendición. El delirio de amor se explica por la reminiscencia de la Idea eterna de la belleza, que vimos en el cielo antes de nacer. Cuando el alma ve en este mundo objetos bellos recuerda la forma de la belleza que vio en el otro, por lo que experimenta una intensa e inexplicable nostalgia y pasión, una locura o delirio divino que consiste en el amor.
Todo esto que acabamos de leer, es esa pequeña listita que siempre pensé que llevábamos dentro. Y con esto quiero decir…no nos subestimen, lo bello es bello, no me lo impone nadie el parámetro de belleza, dos ojazos verdes o negros pero siempre misteriosos, unos labios rojos, una figura perfecta…es belleza!


Preponderancia de una por sobre la otra

Para descifrar si hay o no superioridad de un concepto sobre otro o en todo caso una igualdad en la importancia, les propongo que imaginemos una serie de situaciones:
a) “Me gusta mucho y es muy copada/o”. (Dale para adelante, qué estás pensando??!)
b) “Se parte pero es media gil/gila, no sé, tampoco la/o conozco mucho”. ( Y conocela/o!)
c) “2 puntos pero es simpática/o”. (Yo sigo buscando…)
d) “Un bagaaarto y encima una mala ooonda”. (Por qué pasará eso??)

Las cuatro situaciones, puestas por igual en su conveniencia a cada una, demuestran la fuerza que hace la belleza física sobre la interior (pto. b).
En base a esta conclusión arribada es que desarrollaré las consecuencias que esto proporciona y su relación con la mala distribución de la belleza.


¿Quién la distribuye?

La respuesta toma gran significancia para saber a quién ir a quejarnos. A un Dios seguramente para cualquier creyente según el plan divino y simplemente a sus padres para todo agnóstico que ande dando vueltas por ahí. Este es el punto de inflexión del ensayo. El día de nuestra concepción, ¡Vaya si se están decidiendo cosas! un casamiento, un divorcio quizás o un milagro y también todas nuestras futuras historias de amor y desamor. En el momento en que nuestro ADN se forma, también estamos formando el cajón de la mesita de luz lleno de cartas de noviecitas, la casilla de mails con pedidos de retornos y el te amo correspondido y no, de aquella persona tan bella. Es imposible imaginar hoy en día y yo no puedo hacerlo, sólo a modo de ejemplo extremo, un paralelismo de nuestras sociedades modernas con la antigua sociedad espartana. Esparta realizaba una inflexible práctica, no olvidemos que Esparta tenía una fuerte vocación militar (¿no viste 300?) y a ello estaba destinada toda su educación. Fueron los mejores guerreros de la época, en fin, sociedad basada en la guerra, al nacer cada bebé era examinado para determinar si era sano, fuerte y bien formado así servir en un futuro para la guerra. Si no nacía con estas características el bebo era descartado y tirado desde un monte al precipicio. Terrible e inaceptable, obviamente. Pero, en una sociedad movilizada por la belleza ¿Qué les queda a los feuchos? ¿Deberíamos ser examinados por alguien al nacer?



El viejo principio jurídico de justicia retributiva


Nadie se hace cargo de que el lindo está con la linda y no salimos de ahí. Todos decimos que no, que en realidad nos fijamos por dentro, que hay otras cosas. Lo cierto es que siempre veo al feo con la fea, al gordo con la gorda, al indeseable con la indeseable y me pregunto: ¿Es justo esto? Tan modernos que nos creemos a diario, tan avanzados y sin saberlo retrocedimos miles de años. Hemos instaurado nuevamente (o en verdad nunca se fue) la retrógrada ley del talión, el famoso “ojo por ojo, diente por diente” con su ahora nuevo apotegma aggiornado “lindo por linda, feo por fea”. Esta idea se me cruzaba siempre por la cabeza cada vez que veía a dos personas juntas que para colmo de males se parecían físicamente, siempre de condición no atrayente (claro está) debido, quizás, a que lo negativo conlleva mayor peso. Pensaba si realmente ellos deseaban aquello que tenían a su lado, a esas sub-personas desde el punto de vista físico o la realidad era que no tenían más remedio que aceptar su condición de indeseable y buscar a un par, y así poder acompañarse en su vida de paria. Siempre que planteo esto, la hipocresía me cae encima, soy tildado de superficial, poco romántico, me hablan de amor y de otras cosas que nunca se saben bien cuáles son. La verdad es que si a ese indeseable, a esa especie de mutante con vigencia fónica, se le acercase un minón y le prometiese lo mismo que le promete su par indeseable y sea igual de persona, etc., etc., etc., el primer indeseable se iría con el minón. Es la cruda y triste realidad. Y viceversa sexual también. La idea sería reflexionar hasta qué punto el grado mayor o menor de belleza nos obliga a conformarnos con lo que se tiene, a bajar nuestros niveles de exigencia y expectativa y a estar o no acompañados por el sexo opuesto.


Soluciones propuestas

- Igualar exactamente la cantidad de mujeres y hombres en todas las edades para así lograr una conquista completamente justa y necesitada.
En una sociedad de 10 hombres y 10 mujeres, el rechazo tomaría una dimensión importantísima ya que somos conscientes del número finito de posibles conquistas y de que si todos se colocasen menos quien rechaza al pretendiente, estaríamos casi condenados a una fría soledad.
Para esto sugiero se destierren todos los hombres y mujeres que sobren en número hacia otros países, en principio, voluntariamente y si no de manera compelida. También sugiero un férreo control en la natalidad para mantener en igual número a la cantidad de hombres y mujeres a lo largo del tiempo.
- Emparejar linda con feo, fea con lindo.
De la misma manera en que unimos a la mayonesa y al kétchup para formar la salsa golf o la tempera azul y la amarilla para formar el hermoso color verde, del mismo modo intentaríamos formar niños de una belleza media para que el día de mañana nuestras futuras generaciones no sufran las desavenencias del desamor.
Esta teoría se fundamenta en el desarrollo sustentable de la belleza.
- Prohibición de casarse, convivir, ponerse de novio y hasta de apretar.
Sería llevar a la práctica el viejo adagio romano “Si no cojo yo, no coge nadie”. Se sustenta en principios de igualdad negativa. Sugerencia: Para que la prohibición tenga éxito, se requiere una fuerte presencia del gobierno local con todos sus medios represivos enviando a la calle al Ejército, a la Caballería y a la Marina prohibiéndole, incluso a ellos mismos, realizar esos comportamientos en el seno interno de sus organizaciones.

Si bien reconozco la dificultad que conlleva la realización de alguna de las posibles soluciones propuestas, estoy convencido de que con el esfuerzo y el empeño de todos podremos distribuir mejor la belleza.
Me encuentro en completo desacuerdo con las soluciones aportadas por cierta parte de la doctrina autodenominada “extremista” que propone la ingesta y consiguiente ebriedad total a partir de las 7 de la mañana hasta la hora de acostarse como método para la igualación de la belleza. Creo arriesgada y peligrosa a esta teoría, entendiendo que carece de sustento real y material convirtiéndola en una teoría poco seria. Iguales calificativos merece la hipótesis referida a la completa ceguera, si bien creo que impone a todos un punto igualador, es antinatural y por otro lado está demostrado que un ciego puede claramente distinguir por medio del tacto la exuberancia de los pechos o la cantidad de panza o ausencia de la misma.
Advierto con optimismo un razonar más serio por parte las denominadas teorías eclécticas, con un sustento más cercano a la realidad y con ello poder acercarnos de manera más sensata al fin que nos avoca de distribuir más igualitariamente la belleza. De todas formas me siento en el deber de corregir su principal ponencia donde se exigía el uso de un atuendo holgado, que iba desde la cabeza hasta los pies dejando sólo a la vista los ojos, al mejor estilo musulmán. El error consiste primero, en no cubrir los ojos del así vestido olvidando que estos son gran fuente de belleza. Recomiendo se reformule la teoría sumando la colocación obligatoria de anteojos de sol oscuros o alguna especie de antifaz. Pero donde la teoría hace agua con mayor ahínco es en olvidar uno de los objetivos fundamentales de la conquista amorosa que es, justamente, el acto del amor el cual radica (de manera casi generalizada y unánime, salvo excepciones) de un momento previo basado en el retiro de vestimenta y es aquí donde también queda desnuda la teoría. Al no poder apreciar previamente la belleza de la otra persona o la falta de ella podría causar sorpresa, imprevisto, incluso miedo, lo que generaría en sí el sentimiento de boquiabiertez pero en este caso de manera no deseada. Si bien harán falta en el futuro algunas reformulaciones y por qué no el lanzamiento de nuevas teorías, me enorgullece saber que están recorriendo estos doctrinarios la correcta senda de la lógica.


Conclusiones finales


Es cierto, el ensayo propuesto no soluciona en el breve lapso de tiempo ninguno de los problemas en él esgrimidos pero al menos intenta proporcionar el punto de partida, el primer paso de este largo y difícil camino y, como es bien sabido, después del primer paso el camino se hace más corto.
Es hora ya de sincerarnos, de dejar de lado la hipocresía, de mirarnos a los ojos y decir las cosas como son.
Quizás yo transite por el sendero de la media, “ni muy muy ni tan tan”, he tenido mis grandes satisfacciones a la hora de la conquista como así también mis grandes derrotas, las que me han señalado el derrotero. Es por ello que no es para mí que escribo este ensayo, ni para todos los que se encuentran en mi misma situación, sino que es para todos aquellos que nunca fueron cortejados, que nadie invitó a tomar nada a ningún lado, que no reciben chamuyos ni a las 7 de la mañana. Los que aún no han hecho el amor, los que esperan, siempre esperan, como una especie de Penélope maldita en la estación de la fealdad.
Es hora ya de que alguien empiece a clamar por sus derechos, a protestar y reclamar lo que es justo para ellos.
Para ellos este ensayo.
Para que ellos puedan, algún día vivir, lo que yo tantos viví contigo, mi bella de mujer.

7 comentarios:

  1. Increible análisis objetivo de una realidad de la sociedad que es cruda, que es triste y que básicamente nos somete a todos a pasar por el termómetro de la belleza en incontables ocasiones. Coincido plenamente en el tema que mencionaras en alguna parte del texto en relación a que no tiene porqué el/la fea ser mas bueno/a que el/la bello/a y que a iguales condiciones de belleza inmaterial , se elegiría a la belleza material mas bella valga la redundancia!
    Esto sin perjuicio de que existe gente muy bella que es horrible y gente horrible que es muy bella. Y eso es innegable!
    Asimismo, es cierto que todo entra por los ojos…o probamos con igual ímpetu unos ravioles con salsa mixta y queso rayado que unos tallarines de antes de ayer!!!??? Entonces en este sentido…la belleza del cuerpo siempre corre con ventaja y uno asi puede determinar el rango de belleza que puede o no adquirir según sus condiciones.
    El tema es muy controvertido y la mezcla de conceptos es impresionantemente inevitable!
    No obstante creo , escritor, que el texto peca de superficialidad al no contemplar básicamente algunas circunstancias que van desde la conexión hasta el amor, al cual utópicamente lo tengo conceptuado muchísimo mas allá de estos conceptos!!
    En síntesis : Sociológicamente excelente, románticamente carenciado!

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  2. Si, supongo q será tiempo de clamar x los derechos de todos los olvidados “del sistema” Es muy cierto mucho de lo q decís, tb no dejan de ser especulaciones. Empero creo q el ideal de belleza siempre responde a ciertas “parcialidades” intrínsecamente subjetivas. Si, todo occidente tiene 1 ideal de belleza Espartano, y cierto es q eso responde a cierto parámetros de salud, y esto si está demostrado empíricamente, toda especie tiende a q perduren ciertos genes q manifiestan “salud”. Pero esto es un aprendizaje implícito en la cultura en cierto modo, digo en cierto modo xq así como es verdad q un ho de tipología Espartana física// apto p/ una guerra, da indicios de salud, quiero decir, nadie ve a una persona excedida de peso corriendo en medio de una batalla a espada o intentando caber en una guarda pretoriana como el caso del Sr que los traiciona en “300”. De hecho aparentamos lo que somos, si aparentamos tener una panza de cerveza seguramente muy atléticos y deportistas no somos, y por tanto eso marca un hito visual de “no mucha salud” y como toda especie es selectiva a la hora de aparearse nosotros no somos la excepción, entonces buscaremos “al macho fuerte” (y lo ves en los documentales). Pero tb es cierto q hay cuestiones culturales q se han ido adoptando a lo largo de la historia y a través de las culturas (que con las colonizaciones y las globalizaciones se expandieron estas ideas o mejor dicho prejuicios), x ej, la palabra mogolito deriva de la palabra Mongoles, los médicos basados en los rasgos de los mongoles usaron su nombre p/ definir esta enfermedad. Se q soy exagerada al creer en conspiraciones, pero como decía un poeta “todos conspiramos” y no podemos ser tan ingenuos (no después del siglo XX), de creer q nada es x nada, y es cierto q ciertas potencias, países, imperios, etc. quisieron q sus genes fueran los q perduraran en la historia, o quisieran q su apariencia sea el icono a seguir, imitar, etc., ya se x marketing o consumismo o x la empresa que lo apronte. (ni hablemos del hdp del Füler).
    Entonces no sería cabal sugerir qué el ideal de belleza occidental es el más “valorado” por alguna razón? No sé, lo que si sé es que la belleza se puede definir además de en física o espiritual en “icono de belleza” y en “belleza subjetiva” y esta salvedad es notoria en que vos ves a alguien que te gusta, y no necesaria// responde a la belleza q imponen los grandes mercados, ponele, a mi nunca me gustó Brad Pitt ni Mariano Martínez, de hecho me lo cruce caminando por la calle y no le dí ni pelota. Ahora bien, lo tuve enfrente a Raly Barrionuevo y me quedé muda, y es un paisano con panza y barba, y yo creo fehacientemente que es lo más lindo del mundo. Y si probablemente jueguen otras cosas a favor como que me gusta x humilde por lo que sea, el hecho es que responde a MI ideal de hombre, entonces la belleza es subjetiva en este punto. Y ahí no estoy de acuerdo con vos en q la belleza no es subjetiva, ponele q hay X mina X flaco q les gusta a todo el mundo, perfecto, siempre va a existir la persona que diga “no me genera nada”. LA PARTICULARIDAD es lo q nos hace humanos, sino sería fácil concluir reglas generales, y el amor no seria amor, y se podría negociar en los juzgados, y no harían falta tarotistas tratando de descifrar lo azaroso q tiene esto del corazón, de la piel, y de lo fortuito q hay en todo esto. El hecho es q se tiende a creer q ciertos rasgos de belleza nos darán mayor placer. Y segura/ sea cierto x eso las buscamos, creo en este punto que respondemos a la animalidad que nos compone, sentimos deseo, y sufrimos deseo, tanto es así que nuestra vida transcurre entre un deseo y otro deseo, surge del deseo incluso, y si la belleza y el deseo son hermanas siamesas es lógico q detenten tanta imparcialidad y tanto embrollo, puesto q el deseo es un motor que no respeta la mas minima condición, es puro movimiento y movimiento exige.

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  3. LA BELLEZA, q se yo q es, una vez vi una peli, “la verdad acerca de los perros y los gatos” y la protagonista le dice al chico “LA VERDAD ES HELENA DE TROYA” eso creo q es en forma sucinta lo q pienso, y no xq me haya ido mal en estas cuestiones, xq no se xq rareza de la vida siempre tuve levante, considerándome la mas fea del mundo, oportunidades con chicos “muy lindos” tuve. x ende, y resumiendo un poco, tenés razón en mucho de lo q decís, pero la belleza no puede establecer reglas en el corazón no puede haber prejuicio mas grande q las ganas de sentir placer, he visto flacos “cucos” con minas “diosas” y viceversa. Pero la verdad, es q si nos creemos el cuentito de la belleza Espartana nos perdemos de mucho, lo digo por mi, quiero decir, estuve muchos años con una persona q alimento todas mis miserias, y cuando conocí a alguien q me deslumbro hice todo para echarlo (aunq es costumbre sádica en mi echar) pensando cosas como “es demasiado para mi” bla bla… y cuando paso el tiempo me di cuenta q el también se pensaba feo, pero ya era tarde, son cosas q tengo que reparar en mi, somos victimas de ntros prejuicios, cómo vos bien decís, una mirada encierra belleza, si, como un atardecer rojo, o una noche estrellada con grillos, o un otoño con bufanda y nariz colorada, qué se yo, seguramente Exupery no quiso q sus palabras se parafrasearan tan banalmente a lo largo de la historia y a lo ancho de los continentes, pero bueno, suele pasar eso c/ las frases q toman vida propia, y si, materia y espíritu, seria controversia planteada x muchos filósofos, el tema es confuso e incongruente, tan controversial como la misma raza humana, distinto seria si nos dejáramos llevar solo x feromonas, nada seria de la belleza. En fin, “el espejo tiene dos caras”, segura// la vida es injusta y la belleza la distribuyen dioses innobles, revelémoslos! Los dioses nos han dado cosas hermosas y peligrosas, quiero decir, hay una tendencia a q lo placentero, es a la vez no menor q cuasi mortal, el vino, las drogas, hasta el sexo, pareciera q todo lo que encierra cierta belleza, o placer, es a su vez un padecimiento x su ausencia o su excesos, pero bue. ya es otro de mis desvaríos.

    (q disparador este texto eh...mira como me hiciste tipear)
    Buen ensayo. Saludos cordiales sr. Georgi.

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  4. muy bueno nachito! besotes, Mariné

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me parece que...