En estas navidades


Entraré por tu ventana
a decirte en inglés
lo que nadie te dijo
en castellano
no le temas a la felicidad
(don’t be afraid to happiness)
en medio de tus botas coloradas
que cuelgan
mentiras dulces
justo cuando el flash
de tu foto familiar
te hace eterna.

Entraré en los últimos minutos
de tus horas atrasadas
en el segundo exacto
que se hornean tus galletas
con sabor a nada.

Entraré con una bolsa de sonrisas
que esparciré
en el basement apagado
de tu alma
de esos sillones sin amor
del tele grande y frío
en la escena póstuma
donde insultas a la esposa de tu madre.

Entraré
en estas navidades
a decirle
a tu carita maquillada
que ya no te hace falta nada
(you don’t need anything more)
que todo lo que quieres
(all you want)
está aquí
(is here)
que vos y yo
(you and me)
somos para siempre
(we are forever)  
que la nieve cae afuera
(snow falls outside).

Milano (II)

De un solo corazón
         verte caminar
ingeniera de mi cuerpo.

Poema a tus ojos cerrados

Rodeada de océanos
figuras tempestades
que luego desvaneces.

No hay nada más lindo
que el despertar
sobre almohadas amigas
que ríen contentas
           y juegan al café.

Manhattan

No sé si recordás
cuando salías
o salía
de bañarte
 o de bañarme
y cerrábamos ese biombo
       blanco
que hacía puerta
y encendíamos la noche
y los joints
y tomábamos
la línea A
    la línea A azul
y las cervezas.

No sé si todavía recordás
todo eso.

Yo no lo puedo olvidar.

Rusita

Cenicienta del Este
simpática sonrisa acogedora
ya no hay peste
      ni guerra
            ni hambre
que pueda con tus sueños.

Del aeropuerto
          a la cama
con el subte
          de por medio
un helado
          y dos miradas
me han quitado
           el miedo
a esta soledad
          que nos persigue,
rusita de mis sueños
                    sol de Atenas.

Viajera que recorres

Viajera que recorres,
tienes el mundo en el bolsillo
igual que a mí
y ahora todo es un pañuelo
para secar tus lágrimas
de esos ojos
que no paran de mirar.

Y vas de aeropuertos
en catedrales
de museos
       en capitales
de nostalgias
      en nuevas señales
asombrada,
         temerosa,
                  inquieta.

Viajera que recorres,
te colaste en el último bostezo
de mi madrugada
y tu recuerdo impaciente
me mide
       y me define.

Búscame en el Louvre
pues allí estaré contigo
abrázame en Venezia
que yo también lo haré
y abrígame en Londres
             amor,
abrígame.

Viajera que recorres
no olvides nunca los lugares
donde has sido feliz
y vuelve sin temores
nuevamente cruza el océano de mi pecho
hasta pisar la tierra firme de mi boca
contempla otra vez
las ruinas de mi mirada
y quédate
          sin visa
en mis manos
         enamorada.

Entiendo que no entiendas
mi amor
pero no dudes de que existe.

Viajera que recorres,
si entrecierro los ojos
puedo verte ya llegar
con los brazos extendidos
como alas de un avión
aterrizando sin escalas
directo en mi corazón.

Francesca

Qué ganas de llamarte
                   Francesca,
y contarte cómo va todo
                     por acá.

Y también escuchar
               tu voz
tan latina
       y amistosa.

Cómo te quise
         una noche, amor
cómo te quise.

Ahora
bajo este manto estrellado
necesito de tu madrugada
de tu Guero
de tu nariz grande
            y llamativa.

Extraño tus ganas
         de extraños
tu hospitalidad
      y sexo rápido
esa forma de encender la noche
como a un cigarrillo
la manera extraña que tenés
de amar al portugués.

Qué ganas de llamarte,
                     Francesca
oír del otro lado del teléfono
tu sonrisa
        y figurarla cerca mío
jugarnos y hablarte
            de vez en cuando
de lo sucio de la cabina
     de lo pesado y grande
y azul
del tubo del teléfono
          y de lo mal que huele todo.

Imagino las voces cansadas
nocturnas
buscando reparo
             la una
en la otra
con italianas palabras de amor.

Qué ganas de llamarte,
              Francesca
y lo habría hecho
de no haber perdido
tu móvil.

Andarás por la ciudad


Andarás por la ciudad
regalando besos en la noche
o sonriendo cómplicemente
sacando o saliendo
de la rutina y el desamor.
Andarás errática
en fiestas con lluvia
esperando el o mi saludo
que te invite a vivir
3 años
junto a otros labios.

Andaré aquí
con el corazón roto
escuchando alguna triste canción de amor.

Poema sobre un cuerpo


Puedo comprenderlo.
Que no seas vos
la que calme mi paranoia
destruya mis miedos
que no seas vos la que me llame
esta noche y
entiendo,
que estés por ahí
en tu Norte
perdiéndote.

También sé
que no es que
no estés para mí
sino que tampoco
para los soles de abril
ni los escalones de la escalera
ni para la adolescencia
faltante y hurtada
tan de vos.

Fuiste el mar sin olas
las horas del reloj
que atrasan
mi deseo de verte
al caer las noches.
Todas las noches.
También sé
que estás allá
y yo acá
un poco
porque así son las cosas
y un poco
porque así las quisiste.

Recuerda que siempre
el cauce llega al río
o es al revés?

Dónde está la poesía
si no te nombro?

Este verano
tu cuerpo fue el papel
donde escribí los versos
más largos
más profundos
que pude haber escrito jamás.

En tus ojos puse el título
en tu boca, los te quiero.
En tu pecho, Sydney
escribí las más lindas metáforas
a tu panza la manché
y en tu sexo
amor
en tu sexo
qué fue lo que pasó?

Aves de paso


Cuánto me das
dándome tan poco,
no quieres gloria
ni cartas
ni obituarios
no quieres
que te recuerde
no quieres palabras viejas
momentos fantasmas
no te propones
quedarte en mi memoria
y por esa misma razón
te quedas
haciendo todo
para no molestar
brindándote por completo
pero sólo por un rato.
A ti,
ave de paso,
hoy Justine
y Marylin y Jimena
son
Francesca,
              Lucianita
y Soledad.

Milano


Por qué no estás acá?
no ves
que te necesito cerquita
mañana parto hacia venezia
y no me da la gana ir sin vos.

Si ayer nomás
estabas tan linda y enamorada
y me hablabas de eternidad.
Ahora paso cada día
esperando
que un rayo de sol te traiga
o quizás una ola
o por fin mis labios.

Esta noche,
en este cuarto de hotel
solitario y oscuro
recuerdo cómo te gustaba
formar una T con nuestros cuerpos
y apoyaba o apoyabas
mi cabeza
o la tuya
en tu panza
o en la mía
de manera perpendicular a nuestros ejes.

Nos amábamos
como los días
sabiendo que empezábamos
y que terminábamos
y que volvíamos a empezar.

Amor mío, por favor,
escucha esta súplica
vuelve
siempre creí
en todas tus promesas
y ahora
tan extranjero
y perdido
tan abandonado
y cansado de esta soledad
mal hablada.

Ten la seguridad
que hora tras hora tras hora
en venezia
pensaré en ti
y en nadie más que en ti.