Poema sobre un cuerpo


Puedo comprenderlo.
Que no seas vos
la que calme mi paranoia
destruya mis miedos
que no seas vos la que me llame
esta noche y
entiendo,
que estés por ahí
en tu Norte
perdiéndote.

También sé
que no es que
no estés para mí
sino que tampoco
para los soles de abril
ni los escalones de la escalera
ni para la adolescencia
faltante y hurtada
tan de vos.

Fuiste el mar sin olas
las horas del reloj
que atrasan
mi deseo de verte
al caer las noches.
Todas las noches.
También sé
que estás allá
y yo acá
un poco
porque así son las cosas
y un poco
porque así las quisiste.

Recuerda que siempre
el cauce llega al río
o es al revés?

Dónde está la poesía
si no te nombro?

Este verano
tu cuerpo fue el papel
donde escribí los versos
más largos
más profundos
que pude haber escrito jamás.

En tus ojos puse el título
en tu boca, los te quiero.
En tu pecho, Sydney
escribí las más lindas metáforas
a tu panza la manché
y en tu sexo
amor
en tu sexo
qué fue lo que pasó?

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