Canto a la niña que llora

A llanto pelado
desgarras tus penas
clamando por tu abuela
quien saluda a la ventana.
A dónde te llevará
          este bus del olvido.

Después de gritar
              desconsolada,
desobedeciendo a tu madre
te calmas y pasas
      del llanto
              a la risa
como sólo tu,
                     niña,
puedes.

Y yo
que ahora soy hombre
cuando recuerdo
las nanas de mi vida
          sin pausa y sin prisa
paso igual que tu
   del llanto
                a la risa.

Pensaba en vos

Pensaba en vos
como en un molino de viento
o como una golondrina
o como un tren que pasa.

Pensaba en vos
como el viento
que golpea con furia
         todas las cosas
una bandera,
   las ramas de un árbol,
los paraguas.

Pensaba en vos
como un caleidoscopio
o un farol.

Pensaba en vos
tan sólo
pensaba en vos.  

Azahara

Perderme en tí,
          desierto moro,
fue mi salvación.

Beberme de un sorbo
     tu oasis
subir cuesta arriba
            tus dunas
hasta encontrar
     a la princesa,
camino dorado,
                 mi mandala.

Así,
  a tu lado
fui liberando
         uno a uno
mis esclavos
y cuando 
soltaste mi mano
y me guiaste
hacia tus ojos de Alhambra
supe que la vida
         es esto,
              es este ahora
en un pasado
que no fue
el futuro que pensamos.

Tan aladina de mí
con tus 40 besos
robaste mi ser
y dos noches bastaron
sobre tu alfombra voladora
para dejarme
olvidadas por siempre
                          las llaves
en tu hermoso Albaycín.

Mil y una noches
                te soñaré,
mil y una noches
                le rezaré
al Dios de dioses
y le agradeceré si me encontrara
perdido nuevamente
                en tu desierto, Azahara.